Los ciegos usan la parte visual del cerebro para otros sentidos

DM. Nashville

12 de diciembre de 2001

El cerebro es capaz de reorganizarse para aprovechar por completo su capacidad. Investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, han analizado el cerebro de diez invidentes, cinco de nacimiento y el resto que perdieron la vista en sus primeros años de vida. El estudio ha concluido que zonas que se activan con la visión son utilizadas por los ciegos para procesar información de otros sentidos, como el tacto.

Los ciegos de nacimiento usan partes diferentes del cerebro a la hora de leer en braille, que aquellas personas que perdieron la vista más tarde. Esta diferencia da nuevas pistas sobre los la relación entre el pensamiento y el lenguaje.

El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, en Estados Unidos, y ha sido publicado recientemente en Human Brain Mapping. Esta investigación es uno de los últimos esfuerzos para entender cómo funciona el cerebro humano y cómo responde a las lesiones.

Hace veinte años los neurólogos pensaban que el cerebro humano tenía una capacidad limitada para reorganizarse después de padecer lesiones craneales o daños en el sistema nervioso periférico, encargado de proveer la información sensorial. Sin embargo, investigaciones más recientes han demostrado que el cerebro maduro, al igual que el que se está desarrollando, es flexible.

Estudio en ciegos
Una de las formas para estudiar la plasticidad del cerebro es examinar las diferencias de organización en individuos que perdieron la vista siendo niños. Aquellos que ven usan cerca de un tercio del cerebro para el análisis de la información visual. Un invidente al quedarse ciego elimina toda esta entrada de información, y la región del cortex dedicada a la vista se dedica a otras tareas.

Ahora se han encontrado evidencias de que algunas de las áreas encargadas de la información visual, y que en los ciegos están ociosas, pasan a procesar otra clase de información. Ford Ebner y Peter Melzer, profesores de Psicología de la Universidad de Vanderbilt, decidieron realizar resonancias magnéticas al cerebro de ciegos para detectar y medir las áreas de actividad. Para distinguir la activación de las diferentes zonas los investigadores reclutaron un total de diez personas.

La mitad de ellas eran ciegas de nacimiento, el resto perdieron la vista durante sus primeros años de vida. Los investigadores razonaron que los ciegos de nacimiento no habían podido activar las zonas dedicadas a la vista, y toda la información medida en esas áreas habían sido utilizadas para procesar otra información.

Se les pidió que leyeran unas líneas en braille, y se encontraron diferencias en la activación, el tiempo en que se realiza y las áreas involucradas en la tarea entre los dos grupos. Se presume que un breve periodo de tiempo de experiencia visual hace más difícil la reutilización de ciertas zonas de la corteza cerebral.

Esa sería la razón por la que los ciegos de nacimiento aprenden más rápidamente a leer en braille que los que se quedan ciegos habiendo visto en algún momento de su vida.

PET frente a RM
En 1996 el científico japonés, Sadato, del Instituto Nacional de Salud, de Estados Unidos, realizó tomografías por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) al cerebro de varios invidentes. La investigación mostró actividad en el cortex visual mientras leían en braille. Pero las conclusiones del estudio no fueron claras, ya que se pensó que la activación se debía a que esos individuos habían adquirido esa capacidad antes de quedarse ciegos. Para llegar a concluir que los ciegos usan la parte visual del cerebro para otros sentidos se han utilizado imágenes procedentes de resonancia magnética (RM). Esta técnica puede detectar las áreas de actividad del cerebro midiendo los cambios en el flujo de sangre. La RM toma muestras más rápidamente que la PET. Por eso, los investigadores han podido medir el momento en que se activan las áreas.
 

 

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