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Tratar la catarata infantil

RUBÉN PASCUAL (OFTALMOLOGÍA INFANTIL)

Todos hemos oído hablar de las cataratas, es uno de los motivos más frecuentes que nos hace ir al oculista. Es tan habitual y natural como las arrugas o la artrosis. Sin embargo, puede haber situaciones especiales que alteren el cristalino y produzcan una opacidad no debida a la edad, y entonces ya hablamos de enfermedad. Esto puede ocurrir en cualquier momento de nuestra vida, también en niños.

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El mecanismo cerebral que nos permite corregir nuestros movimientos tras tropezar o ser empujados.

(Neurología.)
En una investigación, se ha conseguido identificar el área del cerebro que controla la capacidad que tenemos de corregir nuestros movimientos tras tropezar o ser empujados.El hallazgo podría permitir conocer mejor las causas exactas de que las personas que han sufrido un derrame cerebral acostumbren a tener graves dificultades para moverse.

El hecho de que las personas en plenitud de facultades sean capaces de corregir, con notable rapidez y sin apenas ser conscientes de ello, numerosas alteraciones peligrosas en su movimiento, demuestra que el cerebro, de por sí, entiende bien la física de las extremidades. Lo que se ignoraba hasta ahora era qué parte del cerebro es la responsable específica de esta respuesta de adaptación rápida por realimentación, en que la propia perturbación acciona el mecanismo que la compensa.

Movimientos corporales que nos parecen sencillos, como los que nos permiten caminar, son en cambio muy difíciles en términos de las matemáticas involucradas en ellos. Las ecuaciones de los movimientos que nos permiten andar ocuparían suficientes páginas como para constituir un libro pequeño, tal como destaca Stephen Scott, especialista en comportamiento motor en el Departamento de Ciencias Biomédicas y Moleculares de la Queen’s University en Canadá. «Los mejores físicos no pueden resolver estas complicadas ecuaciones, pero el cerebro lo puede hacer de manera automática y con una rapidez asombrosa».

El mecanismo para corregir perturbaciones en el movimiento corporal limita y corrige el efecto dominó de movimientos corporales involuntarios causados por una acción externa. Por ejemplo, un golpe al hombro que haga que el brazo se mueva, puede requerir que el cerebro active rápidamente músculos del hombro, bíceps, antebrazo y la mano para recuperar el control de la extremidad. Del mismo modo, un jugador de fútbol que choque con un oponente durante un partido tiene que reaccionar con rapidez para corregir el movimiento y permanecer en pie.

Los derrames cerebrales que se producen en la corteza motora primaria pueden causar grados variables de daño a ese mecanismo descrito de movimiento correctivo. Este nivel variable de daños puede explicar por qué algunos pacientes que sufrieron un derrame son capaces de mejorar sus capacidades motoras en la rehabilitación, y por qué otros siguen sin tener una coordinación y una estabilidad aceptables.

El Dr. Scott quiere ahora aplicar estos resultados a personas que han sufrido un derrame cerebral, examinando los daños que tienen estos pacientes en sus vías sensoriales, y cómo estos daños se relacionan con problemas del movimiento. Él considera que esta línea de investigación puede hacer que se preste mayor atención a la rehabilitación sensorial inicial para ayudar a reconstruir vías que transmiten información sensorial al cerebro, antes de que el tratamiento pase a centrarse en las capacidades motoras.

¿Vitamina D para combatir la degeneración macular?.

Se ha descubierto que la vitamina D reduce los efectos del envejecimiento en los ojos de los ratones y mejora significativamente la visión en ratones viejos.

Los autores del hallazgo esperan que esto signifique que los suplementos de vitamina D pueden proporcionar una vía simple y eficaz para combatir en los seres humanos enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular.

En el fondo de los ojos de los mamíferos hay una capa de tejido que es la retina. Las células de la retina detectan la luz que entra en los ojos y luego envían mensajes al cerebro. De esa forma funciona nuestra visión. Ésta es una tarea exigente, y de hecho la retina necesita proporcionalmente más energía que cualquier otro tejido del cuerpo, por lo que requiere tener un buen suministro de sangre. Al envejecer, sin embargo, la alta demanda de energía conduce a la acumulación de partículas y aparece una inflamación progresiva incluso en individuos que, por lo demás, están sanos. En los seres humanos esto puede provocar que a los 70 años de edad la cantidad de células receptoras de luz de los ojos haya disminuido hasta un 30 por ciento, y se tenga por tanto una visión más pobre.

El equipo de Glen Jeffery, profesor en el Instituto de Oftalmología del University College de Londres, encontró que cuando se suministró vitamina D a ratones viejos durante apenas seis semanas, disminuyó la inflamación ocular que padecían, se eliminaron parcialmente las partículas, y las pruebas demostraron que su visión había mejorado.

La vitamina D ayuda a la absorción de calcio y fosfato de los alimentos, y es esencial en la formación de huesos y dientes. Una deficiencia de vitamina D puede tener malas consecuencias en el crecimiento de los huesos, causar raquitismo en los niños y osteoporosis en adultos.

Hay dos fuentes de generación de vitamina D. Una es a través de la piel, por inducción de los rayos ultravioleta. La otra, a partir de alimentos ricos en ella. Pero debido a que la dieta cotidiana de numerosas personas no suele ser, por lo general, muy abundante en dicha vitamina, entonces es importante recibirla tomando el Sol.

El vínculo entre la vitamina D y varias enfermedades relacionadas con la edad podría estar asociado a nuestra historia evolutiva, tal como argumenta el profesor Jeffery. Durante gran parte de la historia humana, nuestros ancestros vivieron en África, probablemente sin ropa, y por tanto estaban expuestos a una luz solar intensa durante todo el año. Esto habría provocado que se produjera una cantidad suficiente de vitamina D en su piel. Sólo en tiempos evolutivamente recientes, hubo humanos que se trasladaron a zonas menos soleadas del mundo y comenzaron a llevar ropa. Por tanto, puede que no estemos bien adaptados a una menor exposición al Sol. En segundo lugar, la esperanza de vida en los países desarrollados ha aumentado significativamente en los últimos siglos, así que la menor exposición a la vitamina D ahora se combina con una vida excepcionalmente larga, lo cual hace surgir problemas de salud que antaño la gente no experimentaba porque solía morirse antes.

Aunque se necesitará hacer ensayos clínicos en humanos antes de poder recomendarles a las personas mayores que tomen suplementos de Vitamina D, se sabe que en los países poco soleados y con dietas que hoy suelen ser pobres en vitamina D, hay bastante gente con niveles insuficientes de esta vitamina, lo que podría tener más repercusiones de lo temido sobre su salud.

Células madre para evitar ceguera

Investigador mexicano encontró que las células madre pueden ayudar a personas que han perdido la vista a recuperarla

Sara Arellano México D.F. a 08 de marzo de 2012

Degeneración macular, atrofia el nervio óptico, glaucomade ángulo cerrado y  retinitis pigmentaria, son algunas de las enfermedades oculares que terminan por privar a las personas del sentido de la vista.

Existen muchos tratamientos con rayos laser u otro tipo de cirugías que pueden ayudar a que la enfermedad no avance tan rápido, y ahora un científico mexicano, biomédico por laUNAM y con posgrado en ciencias bioquímicas, ofrece un tratamiento de células madre, que le ha llevado once años de estudio y el cual debe ser aplicado por oftalmólogos especialistas, que ha logrado devolverle la vista a cuatro personas que se encontraban desahuciadas.

El tratamiento basado en células troncales del doctor Mario Camacho, a diferencia de los usados regularmente es que son células autólogas en lugar de embrionarias, es decir que se toman del mismo paciente, evitando así dilemas éticos y posibilidades de rechazo.

El tratamiento consiste en extraer de la cadera o del fémur, la médula ósea que tiene las células madre que pueden ser ocupadas en cualquier parte del cuerpo de acuerdo con su tipo para que se integren y funcionen correctamente en el órgano que se necesita.

Una vez extraída la médula, el especialista explicó en entrevista con SUMEDICO, que se meten a una columna especial que funciona como una incubadora, en donde se cultivan para reproducirlas en el número que necesita el paciente a tratar.

Cuando están listas se llevan a quirófano para que un oftalmólogo las aplique en la parte posterior del ojo, y estas aplicaciones deben ser de máximo 700 mil células que están contenidas en un mililitro.

Sin embargo, hay limitantes, pues no pueden aplicársele a pacientes con cáncer ni con sangrados muy vastos porque los riesgos del tratamiento son muy grandes y el paciente se estaría poniendo en más riesgo de lo que podría ayudársele.

Pero en los casos en donde no haya este tipo de contraindicaciones, la inyección de células madre ayuda a que los conos y los bastones del ojo, que son los que procesan la información de la retina, la ecualicen correctamente para pasarla a los axones a través de las neuronas que conectan a los ojos con el cerebro y pueda procesar la información y hacer la función de ver.

La diferencia

La novedad y diferencia de este tratamiento, dijo el especialista, es que además de usar células autólogas, en lugar de frenar la reproducción de vasos que aparecen en el ojo como hacen la mayoría de los tratamientos, para evitar que haya más sangrados, lo que hizo Camacho es revisar que «se estaban produciendo esos vasos porque se necesitaban, pero por el daño causado, hay muchos tóxico y desperdicios que no dejan llegar a los vasos a donde deben llegar para curar al ojo, y con ayuda de estas células madre se producen más células buenas que se adhieren al globo ocular y entonces los vasos pueden llegar a donde deben y la curación inicia.

El científico, señaló en conferencia el caso de un hombre estadounidense que luego de que los médicos le dijeron que no podría recuperar la vista, viajo a México en busca de su ayuda, y luego de año y medio de tratamiento, el hombre Warren Wolfrod, es capaz de conducir su propio carro.

Asimismo señaló que por el momento se encuentra trabajando de forma independiente, que únicamente trabaja en el estado de Querétaro y advirtió que no se dejarán engañar por asociaciones o fundaciones que dicen que trabajan con él, dijo también que está en espera de que el gobierno apoye sus tratamientos para que los pacientes no tengan que pagar los 180 mil o 245 mil pesos que puede resultar del costo de su tratamiento.

Trasplantan el primer órgano hecho con células madre

Aunque experimental, el resultado del trasplante en Suecia abre las esperanzas para miles de personas que sufren cáncer de tráquea.

Por Valeria Román

El primer trasplante de una tráquea construida a partir de las células madre de un paciente con cáncer ya es una realidad. Se realizó hace un mes en el Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo, Suecia, y el paciente de 36 años está recuperándose con éxito, según informaron ayer los investigadores médicos que lo atienden.

Aunque experimental, el resultado del trasplante en Suecia abre las esperanzas para miles de personas que sufren cáncer de tráquea o que padecen algún trastorno que la bloquea o la destruye. Su ventaja es que utiliza células madre del propio paciente y eso evita la posibilidad de rechazo que –a veces– se produce con los trasplantes de órganos de un donante cadavérico.

El líder del equipo médico fue el cirujano italiano Paolo Macchiarini. Lo acompañaron Alexander Seifalian del Colegio Universitario de Londres, Inglaterra, y especialistas de Harvard Bioscience, en Boston, Estados Unidos. Juntos desarrollaron una estrategia para un hombre que ya no tenía otra alternativa de tratamiento.
El hombre, que se llama Andemariam Teklesenbet Beyene, nació en Eritrea, en el noreste de África, y estaba estudiando geología en la Universidad de Islandia. Había recibido una radioterapia, pero su tumor de tráquea ya había alcanzado 6 centímetros y estaba por extenderse a los bronquios. Su vida estaba en peligro.
Como no contaba con un donante de tráquea, se decidió el trasplante a partir de células madre de la médula ósea del propio paciente como última opción.
Con imágenes por tomografía computada del paciente, los investigadores primero construyeron un “andamio” hecho con un molde de vidrio y nanocompuestos (componentes trabajados a escala nanométrica). El “andamio” fue a su vez colocado dentro de un birreactor, con una superficie en la que se ubicaron las células madre del paciente. Hasta ayer, el paciente estaba bien, y casi por salir del hospital. 
 
“Este trasplante para cáncer de tráquea abre una nueva perspectiva”, opinó Adrián Hannois, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica. “Si bien los tumores exclusivos de tráquea son poco frecuentes, esta nueva opción –aunque experimental– ofrece la ventaja de que evita la lista de espera de donantes. Ojalá la estrategia también se pueda practicar con éxito para otros órganos enfermos”. Para Osvaldo Podjahcer, investigador en cáncer y células madre del Conicet y la Fundación Instituto Leloir, “hay que tomar el resultado del trasplante en Sueciacon cautela. Habrá que esperar si la nueva tráquea funciona bien a mediano plazo”.
Fuente: Clarin.com
09 JUL 11

Más cerca de los ojos de laboratorio

Utilizando células madre embrionarias han conseguido desarrollar ‘in vitro’ las primeras fases del desarrollo de la retina.

Cristina G. Lucio | Madrid

En los humanos, los ojos comienzan a formarse en torno a la sexta semana de embarazo. Al principio sólo se aprecian dos estructuras esféricas, un bosquejo de la complejidad que albergarán en el futuro, pero en su interior ya se han puesto en marcha todos los mecanismos que lograrán hacerles ver.

Por primera vez, un equipo de investigadores japoneses ha logrado imitar –con modelos animales- ese proceso en el laboratorio. Utilizando células madre embrionarias estos científicos del Centro de Biología del Desarrollo de Kobe (Japón) han conseguido desarrollar ‘in vitro’ las primeras fases del desarrollo de la retina.

Lo más llamativo de la investigación es que para formar esta compleja estructura, las células embrionarias se transformaron de forma secuencial; es decir, fueron diferenciándose de forma independiente para generar los tejidos adecuados.

Después de un cultivo inicial de células madre embrionarias, los autores de esta investigación añadieron a la muestra distintos componentes extracelulares con el objetivo de generar un ‘soporte’ tridimensional capaz de ‘guiar’ el proceso.

El experimento dio resultado y progresivamente fue apareciendo una formación similar a la de la vesícula oftálmica, el primer paso que se produce en la naturaleza para la generación de los ojos. Posteriormente y de forma espontánea, estas estructuras iniciaron una transformación hasta convertirse en cúpulas ópticas provistas de las dos capas que son necesarias para una correcta formación de la retina.

El avance del desarrollo embrionario parecía seguir su curso ya que, según demostró un análisis exhaustivo del tejido, ya estaban presentes en la zona las distintas células que forman parte de la retina.

«El trabajo es excelente ya que han conseguido reproducir las etapas primigenias del desarrollo embrionario de la retina», resume Antonio Campos, director del Laboratorio de Ingeniería Tisular de la Universidad de Granada.

Para este especialista, «lo más valioso» de la investigación es que ha logrado imitar el proceso embrionario sin que estuviesen presentes otros tejidos conectivos que, hasta el momento, se consideraban fundamentales para que se produjese una correcta diferenciación celular.

Coinciden con su punto de vista Shomi Bhattacharya, director del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) y Slaven Erceg, investigador principal del Proyecto Genoma Médico, quienes destacan el hecho de que las células se organizasen de forma independiente para la creación de una estructura similar a la del ojo en sus primeros estadíos.

En este sentido, los investigadores señalan en las páginas de la revista ‘Nature‘ que su trabajo es una prueba de que la formación de la estructura primigenia de los ojos «depende de un ‘programa’ intrínseco» que, de forma secuencial, ‘dirige’ a las células hacia su destino y posición.

Dilucidar los mecanismos de este ‘programa’ y desentrañar sus claves para imitarlo serán pasos fundamentales que deberán perseguir posteriores investigaciones, aseguran.

Aunque reconocen que aún queda mucho por hacer en su campo de estudio, estos científicos señalan que su hallazgo puede ofrecer nuevas perspectivas a la medicina regenerativa.

«Puede ser muy útil para comprender mejor los procesos moleculares de desarrollo, estudiar la patología del ojo y, en un futuro, diseñar modelos de desarrollo de retina», comenta Campos quien, con todo, recuerda que «aún queda mucho por hacer antes de conseguir fabricar ojos en el laboratorio».

«Sin duda es un gran paso hacia la creación de órganos artificiales con células madre, pero aún es demasiado pronto para hablar de su aplicación clínica», señalan, por su parte Bhattacharya y Erceg, que insisten en que todavía hay que demostrar que el proceso puede reproducirse con células humanas.

 

 
Fuente: El Mundo, España. 7 de abril de 2011.

 

 

Carrera para frenar la pérdida de visión II

(Medicina regenerativa)
«La retina será el primer órgano que regeneremos»
Shinya Yamanaka, premio de la Fundación BBVA por sus investigaciones sobre células madre.

«Visión a largo plazo y trabajo duro son las claves para tener éxito en ciencia» | «Pasarán años antes de poder ofrecer tratamientos basados en estas células».

Shinya Yamanaka está reconocido como líder mundial en investigación sobre células madre. Su descubrimiento, hace cinco años, de que se pueden generar células madre similares a las embrionarias –las llamadas células iPS- a partir de células adultas ha abierto un nuevo campo de investigación en el que hoy trabajan cientos de científicos en todo el mundo. Desde entonces, Yamanaka, investigador de las universidades de Kioto (Japón) y San Francisco (EE.UU.), ha seguido avanzando en la comprensión y el manejo de las células madre con el objetivo de que algún día puedan utilizarse en beneficio de los pacientes. Hoy recogerá en Madrid el premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en la categoría de Biomedicina.

¿Cómo se le ocurrió trabajar con células adultas para que volvieran a comportarse como embrionarias cuando todo el mundo estaba intentando hacer lo contrario, trabajar con células embrionarias para obtener tejidos como los adultos?

La clonación de la oveja Dolly nos había enseñado que podemos convertir células adultas diferenciadas en células indiferenciadas como las embrionarias. Y pensé que, si podíamos lograr células madre a partir de células adultas, resolveríamos muchos de los problemas que planteaban las células embrionarias, como el hecho de tener que destruir embriones para la investigación.

Pero todo el mundo sabía de la oveja Dolly y al parecer usted fue el único en hacer este razonamiento. ¿Qué le inspiró?

Lo que ocurrió es que mi laboratorio era pequeño y poco competitivo. Pensé “si intentamos hacer lo que hace todo el mundo, con los pocos medios que tenemos, no sobreviviremos; tenemos que intentar algo distinto”. Por eso tomamos la dirección contraria. Sabíamos que era un camino muy arriesgado que podía no llevar a ninguna parte, pero en ese momento me pareció la mejor opción.

¿En qué punto hubiera quedado su carrera como científico si el camino no hubiera llevado a ninguna parte?

Es posible que hubiera acabado allí. Pero mi carrera ya había estado a punto de acabar antes cuando había regresado a Japón desde Estados Unidos en 1996. Estaba tan hundido que había estado a punto de abandonar. Como había sobrevivido una vez, no tenía miedo a volver a acercarme al abismo. Así que, a la hora de decidir el objetivo a largo plazo de mi laboratorio, pensé que intentaría hacer algo importante, difícil y arriesgado. Algo que fuera un gran reto.

¿Por qué había estado a punto de abandonar en 1996?

Había pasado cuatro años extraordinarios en el Instituto Gladstone de San Francisco. Al regresar a Japón me aconsejaron que trabajara en algo más relacionado con la medicina, tenía muy pocos medios para investigar, tenía que cambiar yo mismo las jaulas de los ratones, y una revista científica tras otra rechazaban mis investigaciones. Por suerte ocurrieron dos cosas que me dieron ánimos para continuar.

¿Qué ocurrió?

El equipo de Thomson en la Universidad de Wisconsin anunció en 1998 que había conseguido cultivar células madre embrionarias. Y al año siguiente conseguí una posición de profesor asociado en el Instituto Nara y tuve por primera vez mi propio laboratorio para investigar.

Por su experiencia, ¿qué hace falta para triunfar como científico?

El director del Instituto Gladstone de San Francisco me enseñó lo que es importante para tener éxito en ciencia. Lo llamaba VW. Y no se refería a tener un Volkswagen. Se refería a visión a largo plazo y trabajo duro (vision y work en inglés). La fórmula VW me viene a la mente muy a menudo, es algo que siempre me acompaña. Para mí visión y trabajo son las claves para tener éxito no solo en ciencia, sino como persona. Y después hay otra cosa que también es importante para tener éxito como científico.

¿Cuál es?

Estar preparado para cuando un experimento no sale como esperas. Si sale tal como esperas, está bien porque confirma tu hipótesis y puedes publicar un artículo en uan revista científica. Por este motivo, cuando no sale como se espera, hay gente que se siente decepcionada. Lo vive como un fracaso. Pero esta es una actitud que no ayuda a descubrir nada nuevo. Para mí, cuando un experimento no sale como espero, es una oportunidad. Es algo que me estimula.

Decía usted trabajo y visión. ¿Cuál es su visión a largo plazo?

Ayudar a los pacientes con mis investigaciones, este es el objetivo. Mi padre me hizo estudiar medicina. Él era empresario y pensó que yo no estaba capacitado para los negocios, así que me dijo que me hiciera médico para tener pacientes. Me hice cirujano ortopédico, pero me di cuenta de que no estaba dotado. Era muy bueno operando ratones, pero me ponía nervioso al operar a personas. Por eso me dediqué a la investigación, pensé que así podría ayudar mejor a los pacientes. En cierto modo, se lo debo a mi padre, que murió hace 25 años.

¿Qué pacientes cree que se beneficiarán primero de la medicina regenerativa basada en sus investigaciones?

Creo que la retina será el primer órgano que regeneraremos con las células iPS. Tiene la ventaja de que nos bastará con implantar un número relativamente pequeño de células. Y de que resultará fácil examinar las células implantadas. En el caso improbable de que ocurriera algún problema, como un cáncer derivado de las células madre, lo detectaríamos pronto y lo erradicaríamos con láser. La degeneración macular asociada a la edad es una forma común de pérdida de visión en Japón, así que el número de potencial de personas a las que podríamos ayudar es grande.

¿Y el corazón , sobre el que se ha escrito que se podría llegar a regenerar con células madre tras un infarto?

En Japón mueren cada año decenas de pacientes esperando un trasplante de corazón. Con células iPS podríamos crear células del músculo cardíaco, implantarlas en estos paciente y tal vez prolongar su vida uno o dos años. En algunos casos podría ayudarles a sobrevivir hasta que llegara al trasplante. Pero de nuevo tenemos que ser muy cuidadosos por el posible riesgo de que se origine un tumor a partir de las células trasplantadas.

¿Le parece prematuro ensayar tratamientos de medicina regenerativa basados en células madre?

Depende del tipo de células madre de que hablemos. Si hablamos de células madre embrionarias o iPS, en las que yo trabajo, sí es prematuro porque aún no hemos demostrado que sean seguras. Si hablamos de células somáticas (de una persona adulta), puede haber casos en que sean la mejor opción que podemos ofrecer a un paciente. En los casos en que no haya ningún tratamiento eficaz, y en que la seguridad de la técnica esté confirmada, creo que vale la pena intentarlo.

¿Qué opinión le merecen los tratamientos de medicina estética basados en células madre que se han empezado a anunciar?

Sobre esta cuestión, la verdad, no estoy informado.

¿Por qué le preocupa que se pueda originar un cáncer a partir de células embrionarias o iPS?

Una célula madre embrionaria, desde un punto de vista biológico, tiene mucho en común con una célula cancerosa. Para obtener las primeras células iPS en nuestro laboratorio, incluso añadimos un oncogén (gen que causa cáncer) a células adultas. Tenemos que ser muy cuidadosos si queremos implantar estas células en pacientes porque la biología de las células humanas es muy compleja y aún no la comprendemos bien.

Si no la comprenden bien, ¿cómo podrán garantizar su seguridad?

Tendremos que ir paso a paso. Hacer experimentos primero en cultivos celulares. Después en animales. Después en pequeños grupos de pacientes voluntarios… Será un proceso largo, pasarán años antes de que podamos ofrecer tratamientos de medicina regenerativa basados en estas células.

Fuente: La Vanguardia, España. Junio 2011.